OSSOBUCO! / Colectivo Ossobucco
07/11/2018 al 07/12/2018
#Mantera #LaBanda #meamor
Ossobuco invoca: #poderpopular
Por Nancy Rojas
Arte: una artesanía desesperada
Claudia del Río (1)
A seis años de su conformación, el colectivo Ossobuco, constituido por Néstor Basualdo, Monika Miranda y Víctor Moresi, hoy se sostiene como un proyecto que vuelve a poner en foco dos fenómenos culturales que rigen fuertemente en Argentina desde la crisis de 2001. Nos referimos a la ficción como redención política y a la alianza como operatoria potencial para combatir la precariedad. Ésta última, percibida en términos de decadencia como una exposición a la pérdida arbitraria, a los daños, a la indigencia.
En el presente no es posible leer a Ossobuco sin Mantera. Una galería de arte gestionada por María Rocha que, desde noviembre de 2016, existe como una construcción (un artificio con respecto a la imagen de un centro comercial de arte contemporáneo) entendida entre una de las prácticas de su mentora sumidas en el activismo; simbiótica con respecto a sus artistas y a las producciones que cuida, difunde y comercializa. En concubinato, ambos (colectivo y galería) encarnan la lucha cotidiana dada por el trabajo precarizado en los márgenes de la ilegalidad operando en el stand de una feria situada en el predio del Ferrocarril Mitre, en la ciudad de La Banda, Santiago del Estero. Mercadillo que la coalición Ossobuco-Mantera considera como “un espacio feminista en su práctica apoderante, que se motiva y alimenta por los cuerpos, la confianza, las libertades y la empatía entre mujeres”.
Es indudable que las alianzas son las formas sociales del futuro de todas las épocas. “Que un grupo de personas manifieste su existencia a base de ocupar el espacio y de persistir allí es en sí mismo un acto expresivo, un acontecimiento significativo en términos políticos”,(2) señaló Judith Butler ponderando las luchas de cuerpos aliados. Y ahí están Ossobuco y Mantera ocupando un terreno —la feria– que históricamente invoca el poder popular, preguntándose qué lugar tiene el arte hoy. O más bien, ¿qué debe hacer el arte ante el avance neofacista y neoliberal? Y, asimismo, ¿hay acaso la posibilidad de un arte popular contemporáneo?
En este plano, es la imaginería de la feria boliviana la que se cristaliza en las distintas producciones de Ossobuco, sujetas al umbral del autodidactismo y al lenguaje de la manifestación, de la declaración de deseos y de convicciones emancipatorias. Y en este sentido es que, de repente, nos vimos impulsadas a releer a Claudia del Río; artista que superando prejuicios y tecnicismos nos devuelve la idea del arte como un partido a elegir, a militar, como una artesanía desmoralizada.
Bajo el espectro de esta concepción del arte y del trabajo que éste implica, esta exposición gira en torno a tres figuras vinculantes: la siesta, la fiesta y la feria. Instancias que le otorgan un “sitio específico” al sincretismo contemporáneo, proponiendo mecanismos de circulación trascendentales a las imágenes y al marco recortado de la galería de arte.
NOTAS
(1) La frase corresponde a una de las piezas de la serie de caligrafías que la artista realizó entre 2017 y 2018.
(2) Judith Butler, Cuerpos aliados y lucha política, Buenos Aires, Paidós, 2017, p. 25.