Exhibición Gabinete #0/2019 - 22.02.19
CHAQUITO
Andrés Dorigo
Mis trabajos referidos a la naturaleza, son un recuerdo fantaseado de mi adolescencia en la laguna Setúbal.
Nadar bajo el agua era volar.
Navegar en canoa, velero o piragua para llegar a la orilla de enfrente una aventura.
Caminar rumbo al norte donde supuestamente me alejaba de la ciudad para llegar a una no existente selva.
Nunca quise saber donde exactamente llegaba el límite de la Setúbal.
Iba acompañado por las becasinas, para mi los pajaritos de Oski.
Espiar las mojarritas de la orilla.
Levantar una piedra y ver una víbora del agua, una mancha tornasolada aceitosa de algún animal muerto.
Caracoles, ostras nacaradas por dentro.
Una vegetación de plantas que solo existen en la proximidad del agua.
Arena suave, fina, dorada.
Multitud de sapitos saltando rumbo al agua.
Lagartijas, ranas, palometas, patos volando en formación.
Los días sin viento el agua espejaba el cielo.
Mirando hacia el NE no había separación entre cielo y agua
Por las crecidas y las bajantes la laguna era el Nilo
Bajaba el agua de lejos con pedazos de tierra con plantas y vegetales.
Tripuladas por aves.
A veces un carpincho o un mono.
Una bola de azúcar negra de hormigas.
Las muertas soportaban a las vivas.
Se movían produciendo pequeños brillos de cristal
Me preguntaba quien habría estado hace 2000 años o más.
Habrá habido dinosaurios
Cuando me decido a representar mis vivencias tomo algunas premisas:
Que los trabajos sean planos como en el arte egipcio.
Del piso al techo.
Envolver al espectador en un mundo de maravillas.
La evolución de mi trabajo me va llevando a la idea de una puesta en escena.
Me encanta lo irreal de la escenografía, de la ópera, el teatro, las luces, el humo.
Me salgo del plano.
Ramas, hojas secas.
Animales de cartón y papel.
Mi taller es una prolongación de mi obra.
Las plantas crecen y se invaden unas a otras.
Una mariposa estuvo viviendo tres días en mi mundo inventado.
En ese espacio yo habito
Fin
Andrés Dorigo
Santa Fe, Febrero 2019